viernes, 5 de junio de 2009

El egocentrismo rara vez se esconde

…..el aclamado escritor y ahora auto proclamado periodista Roberto Quesada; aun no puede dominar su gigantesco ego?

Todos sabemos que Quesada es un gran escritor; eso nadie se lo quita.
Por algo es hijo de Olanchito, la llamada Ciudad Cìvica; cuna de grandes escritores y columnistas como ser Ramòn Amaya Amador y Juan Ramòn Martìnez.

Todos sabemos que sus muy bien vendidas novelas “Nunca Entres por Miami” y “Big Banana” han sido publicadas por la editorial màs grande de habla hispana Seix-Barral, con sede en España.

Todos sabemos que es un hombre que llegò con unos poquitos dòlares a Nueva York, en donde logrò propulsar una envidiable carrera como escritor y diplomàtico.

Roberto Quesada es un hombre de talento, y el lo sabe.

Lamentablemente no es un hombre humilde.

Recordamos cuando el cronista cultural de “Abriendo Brecha”, Roberto Budde nos contò como en la presentaciòn de un libro de Quesada en Café Paradiso; en donde asistieron connotados escritores, poetas y gente culta de Tegucigalpa; Quesada fue entrevistado por HRN en vivo.

El reportero le preguntò espontáneamente a Quesada que què sentìa el de ser paisano de un gran escritor como Ramòn Amaya Amador ( que de todos los hondureños es conocido por sus obras “Prisiòn Verde”, “Cipotes”, “Los Brujos de Ilamatepeque” “El Indio Sánchez”, “Jacinta Peralta”, etc).



Y sin medir palabra, Quesada, tal parecido que herido en su amor propio; se sonriò socarronamente; y respondiò: “Pues me siento complacido; pero a Amaya Amador en vida; no le pagaban los miles de dòlares que me pagan a mi por mis libros.”

Tal pareciera que Quesada hubiese deseado que el reportero de la N; lo hubiese comparado a el mejor con Ramòn Amaya Amador; en vez de la otra manera.

Desde ese dìa; este escritor me cayò mal; y ayer que lo vi en su discurso de aceptación del Premio”Jacobo Càrcamo” en Casa Presidencial; me llamò la atención ver como no ha cambiado para nada.

Para empezar; estos discursos periodìsticos al recibir premios; màs que nada, sirven para reseñar la visiòn del galadornado de lo que acontece en el paìs, de su sentir sobre varias cosas importantes que atañen a la hondureñidad en general.

Quesada usò el suyo para autopromocionarse, y para darnos a entender, que el aunque no sea un periodista egresado de una universidad; es “màs periodista que un montòn”; porque un escritor famoso colombiano que conoce, le habìa dicho una vez que. “un periodista bien puede ser escritor; pero es màs fácil para un escritor ser periodista, que para un periodista ser escritor.”

Clarito el mensaje.



Pero eso no fue todo; mostrò su arrogancia de “indio superado”; al limitarse a saludar de nombre a nombres rimbombantes del periodismo hondureño como Salvador Nasralla, Jacobo Goldstein (hasta de quien explicò como si fuera una fiesta de cumpleaños; de que no habìa podido llegar a Casa Presidencial a verlo; porque se habìa complicado con otros compromisos), y Rodrigo Wong Arèvalo.

Ah! Y hasta metiò a Moisés Canelol en su breve lista.

Nada; que el señor Roberto Quesada es un ego que no se detiene.

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